jueves, 15 de febrero de 2018

Inteligencia Emocional en el aula con Coaching y Musicoterapia para la Formación del Profesorado

CONGRESO UNIVERSITARIO INTERNACIONAL SOBRE LA COMUNICACIÓN EN LA PROFESIÓN Y EN LA UNIVERSIDAD DE HOY: CONTENIDOS, INVESTIGACIÓN, INNOVACIÓN Y DOCENCIA CUICIID 2017
El artículo está publicado en:
© Forum xxi, 2017© EDITORIAL TECNOS (Grupo Anaya, s.a.), 2018 Juan Ignacio Luca de Tena, 15 - 28027 Madrid ISBN: 978-84-309-7379-8 Depósito Legal: M-617-2018
EL DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL DE LOS DOCENTES PARA LA ADQUISICIÓN DE COMPETENCIAS CLAVE EN EL AULA: TRES EXPERIENCIAS DE FORMACIÓN.

Patricia Prats Martínez (IES Margarita Salas, Majadahonda, Madrid-España)

I.     INTRODUCCIÓN
Las necesidades educativas, sociales y económicas presentes, requieren de la adaptación  del docente del pasado, el desarrollo del docente del presente y el cambio definitivo del docente del futuro y de todo ello, la clave, es la formación del profesorado.
En España la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa. Publicada en el BOE Nº295 de 10 DE Marzo de 2013, en su Preámbulo apartado I dice así:

“El alumnado es el centro y la razón de ser de la educación. El aprendizaje en la escuela debe ir dirigido a formar personas autónomas, críticas, con pensamiento propio. (…) Por ello, todos y cada uno de los alumnos y alumnas serán objeto de una atención, en la búsqueda de desarrollo del talento, que convierta la educación en el principal instrumento de movilidad social, ayude a superar barreras económicas y sociales y genere aspiraciones y ambiciones realizables para todos. (…) Todos los estudiantes poseen talento, pero la naturaleza de este talento difiere entre ellos. En consecuencia, el sistema educativo debe contar con los mecanismos necesarios para reconocerlo y potenciarlo. (…)  Detrás de los talentos de las personas están los valores que los vertebran, las actitudes que los impulsan, las competencias que los materializan y los conocimientos que los construyen. (…)  En la esfera individual, la educación supone facilitar el desarrollo personal y la integración social. El nivel educativo determina, en gran manera, las metas y expectativas de la trayectoria vital, tanto en lo profesional como en lo personal, así como el  conjunto de conocimientos, recursos y herramientas de aprendizaje que capacitan a una persona para cumplir con éxito sus objetivos.”
Los docentes del siglo XXI en España deben adaptarse y prepararse para un nuevo paradigma educativo en el que, como se muestra en la normativa vigente, se prepara al alumnado para la vida, en su más amplio sentido.
La escuela es ahora un lugar de aprendizaje para formar personas autónomas, críticas y con pensamiento propio. Un lugar donde se reconozca y  potencie el talento de los estudiantes, impulsando sus actitudes y capacidades para la adquisición de las Competencias Clave.
Estas Competencias se definen como “capacidades para aplicar de forma integrada los contenidos propios de cada enseñanza y etapa educativa, con el fin de lograr la realización adecuada de actividades y la resolución eficaz de problemas complejos”. Estas, según la Orden ECD/65/2015 de 21 de enero, BOE nº 25 de 29 de enero 2015. Sec. I, pág. 6986-7002, son las siguientes:
a.    Comunicación lingüística.
b.    Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología.
c.    Competencia digital.
d.    Aprender a aprender.
e.    Competencias sociales y cívicas.
f.     Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.
g.    Conciencia y expresiones culturales.
 Estas Competencias Clave, están vinculadas y se desarrollan a través delos objetivos de la etapa educativa desde un carácter interdisciplinar ytransversal, requiere del diseño de actividades de aprendizaje integradas quepermitan avanzar hacia los resultados de aprendizaje de más de una competenciaal mismo tiempo.
El logro de todas estas competencias, supone un reto para el docente, no sólo por su cariz académico y de conocimientos, sino en cuanto a que el estudiante debe adquirir los recursos para integrarse socialmente y desarrollarse como persona, y esto ya supone un desarrollo de la Inteligencia Emocional. Los docentes, por tanto, deben dotar a los alumnos, no sólo de conocimientos, sino de habilidades sociales y emocionales.

“En España son muy pocos los programas socio–emocionales destinados a fomentar la inteligencia emocional del profesorado, no sólo como beneficio que recae directamente sobre ellos, sino también sobre la práctica docente y, por tanto, sobre el alumnado de modo indirecto (FERNÁNDEZ–BERROCAL, EXTREMERA & PALOMERA, 2008). Por otra parte, como diferentes autores han señalado repetidamente, esta formación en aspectos socio–emocionales no sólo es escasa y precaria, sino que cuando se produce es excesivamente teórica y poco vivencial y práctica (FERNÁNDEZ, PALOMERO PESCADOR & TERUEL, 2009; PALOMERO, 2009). Esto contrasta, por una parte, con el interés y motivación creciente de los profesores por dotar al alumnado no sólo de conocimientos, sino también de habilidades sociales y emocionales. Y, por otra, con los resultados de diferentes estudios empíricos que han demostrado que la formación organizada y bien estructurada del profesorado es muy útil en múltiples ámbitos personales y profesionales (BRACKETT & CARUSO, 2007; SUTTON & WHEALEY, 2003).  Por ello, tanto por razones teóricas como empíricas es vital incluir el desarrollo socio–emocional como parte de la formación básica y permanente del profesorado.” (Cabello, 2010:42)
Efectivamente, el docente ya no es un mero transmisor de conocimientos, es un facilitador de situaciones de aprendizaje en el que se conjugan sentimientos, relaciones personales y grupales, habilidades personales, motivaciones, emociones… y para que se produzca el aprendizaje es necesario saber manejar todos estos conceptos.
La pregunta, pues, sería: ¿los docentes estamos preparados para manejar este contexto educativo y llevar a nuestros alumnos al desarrollo total de su talento?.
Desde la Antigüedad se ha separado la Razón de la Emoción, el Pensamiento del Sentimiento. Sin embargo los últimos avances en Neuropsicología han demostrado que el comportamiento humano integra lo emocional y lo cognitivo,  ya no son procesos separados. Incluso como afirma Goleman (2012), ambos, pensamiento y sentimiento, se producen en las mismas áreas cerebrales. La emoción influye en los procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria y los pensamientos pueden despertar estados emocionales.
Cuando hablamos de Inteligencia Emocional, hablamos de:
-       Inteligencia Intelligere (verbo legere + prefijo Intus)=SABER ELEGIR
-       Emoción Emovere (verbo movere + prefijo e)=HACIA LA ACCIÓN

A esto se refiere nuestra labor como docentes, a propiciar situaciones de aprendizaje en las que nuestros alumnos, con los conocimientos adquiridos, lleguen a la resolución de problemas, desde la elección de los recursos necesarios que les lleven a la toma de decisiones y a la acción, su interrelación con el mundo.
Aquí hay un proceso Intrapersonal, en el que a través de las propias emociones, pensamientos y conocimientos es capaz de buscar la solución. Y un proceso Interpersonal, en el que estando en contacto con el entorno, se llegará a la adaptación y conocimiento a través de la empatía.
Como precedentes de todo esto, tenemos las Inteligencias Múltiples de Gardner (1983), en el que admite dos tipos de inteligencias:
-       Intrapersonal: capacidad de conocerse a sí mismo.
-       Interpersonal: capacidad de conocer a los demás.
Pero quienes adoptaron el concepto de Inteligencia Emocional, fueron Salovey y Mayer (1990). Ellos partieron de la Inteligencia Social. Así, partiendo del control de las emociones propias y las de los demás, se puede llegar a hacer una discriminación  entre ellas y usar, finalmente, esa información emocional para guiar los pensamientos y los comportamientos.
Según el Modelo de Cuatro Ramas de  Salovey y Mayer (1997), la Inteligencia Emocional (IE) se compone de cuatro habilidades.
Con la 1. Percepción emocional sabremos identificar lo que estamos sintiendo, con 2. La Comprensión emocional podremos conocer para que nos sirven esas emociones, a través de la 3. Facilitación emocional, veremos  cómo nuestros pensamientos facilitan nuestras emociones y viceversa, y por último la 4. Regulación emocional será muy importante, pues es la que nos hace regular nuestras emociones ante determinadas situaciones.
 Lo más importante es que estas cuatro habilidades se pueden modificar y enseñar y son idóneas para aplicar en el ámbito educativo.
Antes, en el ámbito educativo el Coeficiente Intelectual parecía suficiente para lograr el éxito, pero en la educación y sociedad del siglo XXI, los predictores del éxito han dejado de ser la pura inteligencia, sido otras inteligencias específicas como la Inteligencia Emocional. Serrano y Andreu (2016).
Por tanto, el desarrollo de la Inteligencia Emocional  se ha convertido en un requisito para el alumnado de hoy, ya que para conseguir las Competencias Clave, se tendrá que enfrentar con todo tipo de situaciones en el aula que requieran de una constante “toma de decisiones” que le llevarán al aprendizaje. Pero la cuestión es, que tanto alumnos como profesores interactúan en el proceso de enseñanza-aprendizaje y ambos manejan emociones decisivas en el aula.
Es innegable la necesidad de desarrollar las habilidades para mejorar el bienestar en el aula (Seligman 2011), para producir emociones positivas, dar sentido a la vida, mejorar las relaciones y conseguir logros más positivos, y esto habría que extenderlo a todo el ámbito educativo,.
Todo esto supone una ruptura con el método de aprendizaje tradicional ya que ahora debemos abordar un desarrollo integral de la persona  a nivel cognitivo, conductual y emocional.
En todo este proceso, la labor del docente, por tanto, también ha cambiado, y debe estar preparado para ello.
Se favorecerá el aprendizaje si el profesor busca un buen ambiente en el aula con el aumento de emociones positivas. Tener una mayor percepción de las emociones propias va a favorecer una mejora en la conducta y el ambiente del aula en particular y de los centros educativos en general.
Esta nueva labor del profesor, es un cambio de paradigma en la educación y así lo muestran las leyes que rigen nuestro Sistema Educativo. Los profesores deberán ser facilitadores de esa IE en el aula, a través del desarrollo de la conciencia sobre las propias emociones y las de los demás a través de la empatía. Además saldrán beneficiados, pues ese buen clima de trabajo en el que se potencien habilidades y emociones positivas, facilitarán la prevención del Burnout docente (“Síndrome de estar quemado”), creará una mayor satisfacción laboral y profesional, dispondrá de los recursos necesarios para la solución de conflictos en el aula y mostrará un gran bienestar personal.
Por todo esto, se hace patente la necesidad de potenciar el conocimiento de las emociones propias y de los demás, y de eso tratan las experiencias de formación que ahora  expondré y que se llevaron a cabo en el contexto de Grupos de Trabajo, Seminarios y Cursos de formación del profesorado de la Comunidad de Madrid (España).
II.     EXPERIENCIAS DE FORMACIÓN
La primera experiencia es una investigación llevada a cabo  durante 3 cursos de 2011 a 2014 con profesores de Secundaria del IES Margarita Salas de Majadahonda (Madrid) para la prevención del Bournout Docente con Musicoterapia.
 La segunda es una experiencia de Seminario de profesores en el mismo centro educativo durante los cursos 2015 y 2016 que pretendía ser una ampliación, con nuevos recursos, de la investigación llevada con Musicoterapia.  Las ponencias y temática iban encaminadas a crear un buen ambiente en el aula a través del uso de nuevas metodologías de enseñanza, Mindfulness, ABP, Flipped Classroom… y cuyo objetivo era la toma de conciencia, por parte de los profesores, de los cambios acaecidos en la educación, la necesidad de adaptarse al nuevo paradigma en el que prima el desarrollo integral de la persona, como hemos dicho anteriormente.
Los profesores son los facilitadores del desarrollo de la Inteligencia Emocional de los alumnos en el aula, pero deben empezar por formarse ellos mismos y ser conscientes de sus propias emociones, para así, comprenderlas, integrarlas y gestionarlas adecuadamente.
A este Seminario asistieron durante el primer curso 11 profesores y durante el curso 2016 se amplió a 18. Con esta ratio de éxito, el Centro Territorial de Innovación y Formación del Profesorado Madrid-Oeste propuso a la ponente, la opción de convertirlo en Curso de Formación para 2017. Así se llevó a cabo, con un total de 43 profesores participantes de Educación Primaria y Secundaria, Educación Infantil y Escuelas de Artes Escénicas.
Esta es la muestra de un trabajo continuo y exitoso, cuyo objetivo se ha convertido en acercar a cada vez  más profesores,  la formación necesaria para la toma de consciencia, comprensión, integración y gestión emocional de los docentes del siglo XXI.
Aquí se expondrán detalladamente cada una de las experiencias antes mencionadas:
1.    PRIMERA EXPERIENCIA DE FORMACIÓN: “PREVENCIÓN DEL BURNOUT DOCENTE CON MUSICOTERAPIA”
Esta primera experiencia tuvo su nacimiento durante el curso 2011/12 en el ámbito de la formación del profesorado de la Comunidad de Madrid.
Comenzó siendo una investigación para la Tesina final del Máster de Musicoterapia en ISEP y se continuó por su interés y buenos resultados durante los curso 2012/13 y 2013/14 hasta que fue presentada en el V Congreso Nacional de Musicoterapia de 2014 en Barcelona.
La investigación se llevó a cabo con profesores de Secundaria de la Comunidad de Madrid que asistieron desde noviembre a mayo a un Grupo de Trabajo durante el primer curso y Seminarios durante el resto, aprobados por el Centro Territorial de Innovación y Formación del Profesorado Madrid-Oeste, dentro de la Dirección General de Mejora de la Calidad de la Enseñanza.
El estudio se realizó con un grupo de 10 a 12 profesores de Secundaria de diferentes materias, destinos y experiencia profesional de Centros Públicos de Secundaria de la Comunidad de Madrid. De edades comprendidas entre 34 y 59 años, con una experiencia docente de entre 6 y 31 años y con una media de 3-4 hombres y de 7-8 mujeres en cada grupo.
 El método utilizado fue con Técnicas de Musicoterapia y un modelo ecléctico. Los objetivos planteados fueron evaluar la eficacia de una intervención basada en Musicoterapia sobre la sintomatología del estrés y el Síndrome de “Estar quemado” o Burnout en docentes en ejercicio.
 Se pretendía demostrar que  mejoraba su estado de ánimo del comienzo  al final de las sesiones y mejoraban sus niveles de estrés y de Burnout al final de la intervención con Musicoterapia. Otros objetivos fueron promover el autoconocimiento y una mejora general psicológica, emocional y física, así como se pretendía abrir canales de comunicación a través de la música y proporcionarles estrategias para prevenir el estrés.
Como instrumentos se tomaron el M.B.I. de Maslach y otros cuestionarios subjetivos adaptados a la realidad del grupo.
La investigación siguió un diseño cuasiexperimental, del tipo test-retest con una muestra formada por un Grupo Experimental. Primero se evaluó el estado de ánimo de los sujetos (test) así como su grado de estrés y una vez aplicado el tratamiento se volvió a evaluar a los sujetos (retest) para observar los cambios experimentados. Se aplicó un método Hipotético-deductivo en el que  se partía de una hipótesis a partir de los datos de la experimentación para llegar a una conclusión que ya estaba implícita en la premisa que presenta la hipótesis. Fue una investigación mixta,  cuantitativa en el sentido de que se recogieron datos a través de cuestionarios y test estandarizados que aportaban datos mensurables que aparecieron en gráficas.  Y Cualitativa a partir de comentarios y valoraciones personales de los participantes en la investigación y las opiniones de la propia musicoterapeuta. Se partió de una hipótesis alternativa direccional, en la que se estableció que el tratamiento produciría cambios y que estos significarían una mejora para el grupo tratado. El estudio que se expone se hizo con una muestra pequeña, debido a las características de la investigación experimental en Musicoterapia activa, pero presentó un buen nivel de validez interna.
Los resultados en general demostraron que la Musicoterapia prevenía el estrés de este grupo de profesores y sobre todo había un aumento significativo en la mejora del estado de ánimo de los participantes una vez terminada la sesión.
La Musicoterapia es accesible a todas las personas que aún sin conocimientos musicales, les permite disfrutar a través de la música y sentirse mejor, así como encontrar medios para su propia motivación como docente.
La Musicoterapia es idónea para el tratamiento y prevención de este ámbito debido a que implica a los docentes y al musicoterapeuta en diferentes experiencias que van desde la escucha receptiva, a improvisaciones musicales en las que ambos intervienen activamente. Uno de los objetivos que se persigue es que los docentes encuentren una vía de comunicación no convencional para poder expresar sus sentimientos y emociones, y para ello no es necesario utilizar los instrumentos de manera convencional ni que el resultado sonoro sea bello estéticamente.
En esto radica la utilización de la música para la prevención del estrés docente, pretende abrir canales de comunicación y expresión de sentimientos y emociones que les descarguen de la tensión acumulada. Pretenden fomentar, mantener y mejorar su estado del bienestar en todos los sentidos, creando relaciones a través de la música que lleven al proceso para el cambio.
Todo este  bienestar personal, la mejora en la comunicación y expresión de emociones y por tanto esta buena gestión emocional del docente, es proyectada y percibida por los alumnos en el aula. El docente no sólo mejora a nivel personal, sino que crea mejores relaciones en su entorno de trabajo, mejora el ambiente de clase con sus alumnos, y dispone de mayores recursos y estrategias para afrontar de forma positiva las situaciones en el aula. Esta satisfacción personal y profesional por una buena gestión emocional,  lleva a mayores niveles de resiliencia  y a mejorar las relaciones sociales en general.
En conclusión, este trabajo de prevención del estrés docente con Musicoterapia, lleva consigo al desarrollo de la Inteligencia Emocional en los docentes.
Los problemas surgidos en esta primera experiencia, como la falta de alfabetización emocional de los docentes, el déficit de conocimiento, consciencia y expresión de las propias emociones y la creencia estable en el éxito del  método de enseñanza tradicional en el que estaban inmersos los docentes, hicieron que se quisiera afrontar la cuestión del Desarrollo Emocional del Docente con el uso de nuevos recursos y estrategias de toma de consciencia, conocimiento de las emociones y su trabajo en el aula. De aquí surgió la segunda experiencia que ahora detallaré.
2.    SEGUNDA EXPERIENCIA DE FORMACIÓN: SEMINARIO SOBRE “NUEVAS METODOLOGÍAS DE ENSEÑANZA”
En el Anexo II de la Orden ECD/65/2015, de 21 de enero. BOE Nº25 Sec.I de 29 de Enero de 2015, establece las “Orientaciones para facilitar el desarrollo de estrategias metodológicas que permitan trabajar por competencias en el aula”
“Los métodos deben partir de la perspectiva del docente como orientador, promotor y facilitador del desarrollo competencial en el alumnado; además, deben enfocarse a la realización de tareas o situaciones-problema, planteadas con un objetivo concreto, que el alumnado debe resolver haciendo un uso adecuado de los distintos tipos de conocimientos, destrezas, actitudes y valores; asimismo, deben tener en cuenta la atención a la diversidad y el respeto por los distintos ritmos y estilos de aprendizaje mediante prácticas de trabajo individual y cooperativo.(…) Uno de los elementos clave en la enseñanza por competencias es despertar y mantener la motivación hacia el aprendizaje en el alumnado, lo que implica un nuevo planteamiento del papel del alumno, activo y autónomo, consciente de ser el responsable de su aprendizaje. (…) Para potenciar la motivación por el aprendizaje de competencias se requieren, además, metodologías activas y contextualizadas. Aquellas que faciliten la participación e implicación del alumnado y la adquisición y uso de conocimientos en situaciones reales, serán las que generen aprendizajes más transferibles y duraderos. Las metodologías activas han de apoyarse en estructuras de aprendizaje cooperativo, de forma que, a través de la resolución conjunta de las tareas, los miembros del grupo conozcan las estrategias utilizadas por sus compañeros y puedan aplicarlas a situaciones similares.”
Por todo esto, y según la normativa vigente, el docente ya no es sólo un transmisor de conocimientos, sino que debe facilitar al alumnado el desarrollo de las Competencias Clave que se mencionaron en la Introducción de este artículo.
Por tanto, el profesor debe plantear situaciones y problemas con un objetivo, y dotar a los alumnos de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores para llegar a su resolución. Este despertar de la curiosidad y la motivación del alumnado requieren del uso de unas metodologías activas, de participación e implicación a través del trabajo cooperativo, en la que los alumnos interactúen en la resolución conjunta de las situaciones de aprendizaje propuestas.
En todo este proceso, el docente es una parte activa principal del proceso de aprendizaje, por lo que su trabajo se convierte en un reto, y antes de verse implicado en este cambio tan radical, respecto a metodologías tradicionales, debe reflexionar sobre su práctica docente, idear nuevas estrategias metodológicas, aprender a gestionar las propias emociones y las de los alumnos con estrategias de resolución de conflictos, aprender nuevas metodologías como ABP y trabajo colaborativo… y sobre todo reconocer sus propias motivaciones como docente a través de técnicas de Coaching.
Los Seminarios de Formación del profesorado en la Comunidad de Madrid son actividades formativas en las que varios docentes de uno o de varios centros o servicios educativos, periódicamente y a lo largo del curso escolar, profundizan en el estudio de temas que suscitan la práctica docente a través de las aportaciones derivadas de la experiencia de los propios asistentes.
El intercambio de experiencias y el debate interno son los procedimientos habituales de trabajo, aun cuando se pueda contar con la intervención de especialistas externos al grupo. Las propuestas de trabajo son definidas principalmente por los integrantes del Seminario que, siguiendo las directrices y líneas prioritarias de la institución responsable, elaborarán el diseño del mismo. Todos los materiales elaborados por los seminarios se publican como Recursos educativos Abiertos (licencia CC BY SA) y quedan a disposición de la Comunidad educativa en un espacio virtual que el Seminario deberá definir: la webs de los centros educativos, comunidades virtuales docentes, Mediateca de EducaMadrid, etc. El Centro Territorial de Innovación y Formación correspondiente o en su caso, el Centro Regional de Innovación y Formación, designa un asesor responsable del seguimiento de la actividad
En nuestro caso, este Seminario de formación se llevó a cabo con un grupo de 18 profesores de Secundaria de diferentes materias y cuyos objetivos fueron:
a.       Reflexionar e idear estrategias metodológicas en cada una de las áreas presentes, para el desarrollo de las Competencias Clave y elementos transversales del currículo.
b.      Reflexionar sobre la propia práctica docente, las nuevas necesidades metodológicas de aprendizaje y su adecuación al contexto en cada área.
c.       Conocer técnicas para potenciar la atención y la concentración plena de nuestros alumnos. Mindfulnes.
d.      Conocer técnicas de resolución de conflictos, detectar problemas de motivación y rendimiento académico como docentes o tutores en grupos de Secundaria y Bachillerato con el uso del Coaching Educativo.
e.       Reflexionar y elaborar materiales basados en las técnicas, estrategias y metodologías de aprendizaje ABP, Flipped Classroom, Aprendizaje basado en Problemas… en las diversas áreas participantes.
f.       Reflexionar y reconocer nuestra propia motivación como docentes, metas y objetivos con técnicas de Coaching.
Esta experiencia de formación se llevó a cabo desde Noviembre de 2015 a Mayo de 2016 con un total de 35 horas de formación presencial y 35 horas no presencial de reflexión, elaboración, integración y puesta en práctica de las metodologías activas aprendidas y aplicadas a las distintas materias.
La autora de este artículo fue la coordinadora, dinamizadora y ponente del Seminario.
La metodología fue totalmente activa. Se trataba de fundamentar y explicar en cada sesión, una base teórica que la ponente planteaba para su estudio, reflexión y debate. Con esta reflexión, se trataba de pensar como esos contenidos eran aplicables a la práctica docente de los profesores asistentes desde su materia y situación real, para a través del debate, establecer nuevas posturas profesionales al respecto.
Se conocieron nuevas técnicas y metodologías de enseñanza aplicables a los grupos-clase. Se valoraron si tenían cabida en la práctica docente, se compartieron visiones e ideas y se trató de ir poniendo éstas en práctica en el aula.
Desde el principio se trató de crear un ambiente propicio para el diálogo, desde la apertura hacia nuevas perspectivas y metodologías educativas, con el objetivo de mejorar la práctica docente y el trato con los alumnos. Se  aprendió a gestionar mejor las emociones dentro del aula, intentando llevar al aula valores de empatía, tolerancia y respeto.
Los propios docentes pusieron en práctica las técnicas aprendidas desde la reflexión personal y profesional y su utilidad e idoneidad dentro de cada contexto.
 Los recursos utilizados fueron: Técnicas de Musicoterapia para el fomento de la expresividad emocional de los profesores, debates y reflexiones grupales, Mindfulnes, técnicas grupales e individuales de Coaching y Coaching Educativo para la acción tutorial.
El producto final para los profesores participantes, fue plantear una actividad lectiva con contenidos de su materia, en la que se utilizaran las nuevas metodologías de enseñanza y se buscara un cambio en el trato e interacción con los alumnos. Una actividad aplicable en el aula en la que se primara la atención a las necesidades educativas de los alumnos, desde la diversidad y desde la empatía, creando un buen ambiente en el aula, potenciando la motivación, las habilidades y talentos de los alumnos desde un reto académico planteado.
Por supuesto, todos los que participamos de este Seminario, aprendimos a gestionar un poco más nuestras emociones. Los docentes participantes, llegaron a la conclusión, de la importancia del desarrollo de la Inteligencia Emocional, de crear un buen ambiente en el aula, de tratarnos todos como personas que sentimos, pensamos y tenemos buenos y malos días. En resumen, una apertura personal y profesional  de conocimiento y consciencia.
3.    TERCERA EXPERIENCIA DE FORMACIÓN: CURSO DE FORMACIÓN DOCENTE PARA PRIMARIA Y SECUNDARIA “LAS NUEVAS METODOLOGÍAS DE ENSEÑANZA Y ESTRATEGIAS DE DESARROLLO DE HABILIDADES EN EL AULA” 
Esta tercera experiencia se realizó como Curso de Formación promovido por el CTIF (Centro Territorial de Innovación y Formación del profesorado) Madrid-Oeste con un total de 50 horas, 21 de las cuales fueron presenciales e impartidas por la autora de esta ponencia.
Se llevó a cabo durante los meses de Febrero y Marzo de 2017 para maestros de Educación Infantil y Primaria y profesores de Educación Secundaria de todas las especialidades.
Este curso se propuso como resultado del éxito del Seminario expreso aquí como segunda experiencia de formación. Desde la Asesoría de Formación consideraron que los contenidos eran adecuados e interesantes para  ser impartidos a los profesores de todos los niveles educativos, desde Educación Infantil hasta Bachillerato. Así, participaron 43 profesores y profesoras.
Tanto los objetivos, como los contenidos, metodología y recursos utilizados fueron los mismos que los referidos al Seminario de formación, o segunda experiencia.
Lo más interesante y enriquecedor del planteamiento de este Curso de Formación, fue que los docentes debían presentar un Proyecto como “artefacto final del curso” utilizando las metodologías aprendidas y siempre en trabajo colaborativo, ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos), Mindfulnes, Coaching Educativo, Clase Invertida…  y todo ello creando grupos de trabajo entre todos los profesores participantes.
Los trabajos finales debían seguir y utilizar una o varias de estas metodologías trabajando en grupos de 4 a 6 profesores, no importando si coincidían en especialidad o nivel. Debían buscar un contenido curricular de una materia elegida, y repartiendo los roles en el grupo, diseñar una actividad basada en la obtención final de esos contenidos y adaptada al nivel educativo. Ese proyecto, finalmente debían presentarlo ante sus compañeros de curso con un recurso digital, explicado y justificado como evaluación final del curso.
Por supuesto, tanto los proyectos como las presentaciones fueron de una excelente calidad y sobre todo cumplían con todas las expectativas previstas en el curso. Los profesores también llegaban a lograr las Competencias Clave a través del trabajo colaborativo en equipo, gestionando sus emociones, desde la experiencia de compartir conocimientos.
La experiencia trataba de ser lo más enriquecedora posible. Profesores de todos los niveles educativos intercambiando conocimientos, experiencia profesional y gestionando emociones juntos para aplicar todo aquello que se pretende aplicar en las aulas. Un ambiento positivo de intercambio, interacción, empatía y aprendizaje que a ninguno dejó indiferente.
La evaluación final del curso fue de 4’8 sobre 5 y los comentarios finales de los docentes se referían a la necesidad de este tipo de formación y de la huella que dejaba en ellos todo lo vivido y aprendido.
III.     CONCLUSIÓN
Estas  tres experiencias que he vivido y a las que me ha llevado mi vida profesional, tan solo han sido un reflejo de lo que un docente está viviendo hoy en la educación del siglo XXI en España.
Creo que muchos docentes al leerme y escucharme, pueden estar viviendo lo mismo que yo, una necesidad de cambio acuciante en la sociedad de hoy. Un cambio que supone dejar atrás el modelo educativo decimonónico y empezar a adaptarnos a la sociedad de hoy.
Los chicos y las chicas con los que tratamos cada día, están en un momento vital igual al que pasamos nosotros con su edad, y sin embargo, no nos sentimos identificados con ellos. Debemos hacernos conscientes de ese cambio y empezar a empatizar con nuestros alumnos desde nuestro cambio de conciencia.
Un nuevo mundo está ante nosotros, docentes.
 Podemos hacerlo difícil y resistirnos a ver que nuestros modelos de enseñanza ya no son tan efectivos, o podemos empezar por nosotros mismos, mirar a nuestros alumnos y captar lo que necesitan, desde su lenguaje no verbal, y mirarnos a nosotros, sentir como estamos, como nos sentimos ante la clase y pensar en que todos ellos están llenos de ilusión, talento y vida.
 Ahí está nuestro reto, que mantengan esa ilusión para que desarrollen todo ese talento que albergan y lleguen a vivir la vida plena que todos y cada uno de ellos merecen.
Esto es fácil, tan sólo hay que mirarse a uno mismo y sentir que es lo que nos hace vibrar, sentir que tenemos muchos talentos que hemos podido desarrollar y por eso estamos compartiendo nuestro saber con otros y por supuesto que tenemos muchas herramientas dentro de cada uno de nosotros, para gestionar las propias emociones y las de otros, esas emociones que nos hacen humanos y por tanto tan valioso nuestro trabajo.
No olvidemos nunca el poder que tenemos como docentes, pero no olvidemos tampoco la humildad que supone el uso de ese poder ante este material humano tan sensible y con tanto potencial como son nuestros alumnos.
Nosotros somos el cambio que nuestros alumnos esperan, que la sociedad y el mundo necesita, ahora pensemos en si estamos dispuestos a dar ese salto, no es esfuerzo, es valentía y sin duda la tenemos. Empecemos o continuemos, con toda la ilusión.
Gracias por la oportunidad de compartir mi experiencia y mi ilusión por una educación digna, de calidad y desde la humanidad. Gracias.
IV.        BIBLIOGRAFÍA
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